Una y otra vez constatamos lo que ya sabemos, lo que es evidente, que el sistema no se puede cambiar desde dentro, que cada nuevo intento por cambiar las cosas, por honesto y lleno de buenas intenciones que sea, se topa con la imposibilidad, en el mejor de los casos, y con la traición, el colaboracionismo y la corrupción las más de las veces. Sabemos que por cada migaja que logran arrancarle al sistema, nos imponen diez nuevos yugos sobre nuestras cabezas.
Por eso insistimos en que la lucha está en la calle y no en las urnas, que la política la hacemos nosotras, entre todas, en los barrios y en los pueblos, luchando cada día contra el desmantelamiento del sistema público, contra la precariedad, la despoblación y la ausencia de futuro. Luchando con dignidad para crear la sociedad que queremos. No votes, movilízate.