El trabajador despedido acepta la indemnización ofrecida por la empresa, 17 veces superior a los 33 días por año del despido improcedente.
Aunque no se ha logrado la readmisión, objetivo último del sindicato, la CNT-AIT de Salamanca celebra el acuerdo alcanzado gracias a la acción directa.
El anarcosindicalista que fue despedido por denunciar las condiciones de explotación que sufría toda la plantilla de Kebab Zurich, Pak Europa y Salamanca Kebab, finalmente ha logrado una compensación.
Más de una decena de piquetes informativos en tres restaurantes de Salamanca, miles de octavillas repartidas informando del conflicto, numerosas reuniones con la empresa, llamadas de apoyo de otros sindicatos de la CNT-AIT… Cuatro meses de intenso conflicto sindical en los que el boicot finalmente ha podido con la tozudez de los empresarios.
La agresión física de los empresarios a miembros del sindicato salmantino, cebándose especiamente en el trabajador despedido, supuso un giro inesperado en la marcha del conflicto.
Uno de los efectos de este suceso fue que el trabajador abandonara su intención de ser readmitido en la empresa de sus agresores. Sin embargo, tras valorarlo en frío, el incidente también ofrecía nuevas oportunidades.
La enorme difusión de los acontecimientos disuadía a la clientela de la cadena de restaurantes, mientras que las denuncias penales interpuestas por los agredidos y por el sindicato añadían aún más presión a los explotadores, que se veían obligados a ampliar la jornada a buena parte de los trabajadores a tiempo parcial.
El primer juicio, el correspondiente al despido nulo, estaba previsto para el próximo 28 de mayo. Farrukh Chohdary Farnaz Ahmed, jefe y hermano mayor de la familia de empresarios, ofreció al trabajador despedido la posibilidad de una indemnización mejor a cambio del cese de la acción sindical y la retirada de denuncias.
Con la aceptación del trabajador y la firma del acuerdo se da por finalizado un conflicto sindical que ha puesto de relieve algunos de los abusos sufridos por los trabajadores y trabajadoras del sector del Comercio y la Hostelería de Salamanca, y la necesidad de organizarse entre iguales para revertir la situación.
Esta pequeña victoria se suma a las recientemente conseguidas en Ulloa Óptico, Insa-IBM y Arvato-Qualytel. La asignatura pendiente del anarcosindicalismo en Salamanca sigue siendo la implicación de un mayor número de trabajadores y trabajadoras de las empresas en conflicto.
En el caso de la cadena de restaurantes de comida rápida, fueron dos los trabajadores que denunciaron a la empresa por sus atropellos en el verano de 2014, logrando la firma de contratos indefinidos, respeto de las vacaciones y días festivos y, por supuesto, cobrar la cantidad íntegra reflejada en las nóminas, condiciones que venían incumpliéndose desde que entraran a trabajar tres años atrás.
La empresa aprovechó la marcha de uno de los dos anarcosindicalistas para despedir a su compañero y bajar los salarios de los repartidores de comida a domicilio hasta llegar a cien euros mensuales, lo que originó el conflicto que comenzaba en febrero de este año y que ahora llega a su fin.
Como ya hemos dejado claro en numerosas ocasiones, no toleraremos ninguna agresión a trabajadoras y trabajadores, y seguiremos luchando por lo que nos corresponde. Pelearemos hasta hacer desaparecer cualquier forma de explotación. Paso a paso cambiaremos el mundo.