Si a un animal salvaje le facilitas el alimento, el cobijo y la comodidad, fácilmente terminará por domesticarse y acostumbrarse, o mejor dicho malacostumbrarse a la dependencia e incluso al capricho. Y si después de amansarle, le retiras de repente toda la asistencia que le has ofrecido durante tanto tiempo, y le abandonas a su suerte, este se verá desorientado y se sentirá débil, pues no sabrá valerse por sí mismo y estará al acecho de cualquier peligro.
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