Escuchando los discursos, proclamas y manifiestos de estos días, vemos que prácticamente todos dicen lo mismo o al menos parecido. Todos denuncian la precariedad del empleo, el paro, la fuga de nuestros jóvenes a otros países en busca de un futuro que aquí se les niega. Es muy fácil soltar discursos grandilocuentes para alegrar los oídos de la gente pero después se encierran en los despachos sin contacto con los problemas de la calle.
Sindicato de lucha, que estén en la calle, en los piquetes delante de las empresas que explotan y acosan a los trabajadores y trabajadoras. Acción directa, en definitiva, un día tras otro hasta que se resuelve el conflicto. Sindicatos que no se dediquen a pactar acuerdos para asegurar el mantenimiento del margen de beneficio, sino que se preocupen de asegurar el interés de los trabajadores para evitar que los de siempre sigamos perdiendo.
Sólo un sindicato fuerte, sin subvenciones, sin liberados, sin intermediarios, sin burocracias, puede garantizar una lucha digna y sin concesiones ni sumisiones. Sindicato horizontal, donde todos seamos iguales y con la Asamblea como único órgano decisorio.
Para la Confederación Nacional del Trabajo, desde su fundación, siempre han sido tiempos de lucha y resistencia. Lucha para la consecución de las 8 horas en la huelga de La Canadiense. Resistencia contra la intención de acallar la voz de los trabajadores por parte de los pistoleros de la patronal.
Lucha y resistencia en la revolución social de 1936. Lucha y resistencia en la II Guerra Mundial, luchando contra el fascismo en España, en Europa y en el norte de África. Cuántos compañeros y compañeras dieron lo mejor de sus vidas en los campos de batalla o en los campos de concentración. Resistencia y lucha en la clandestinidad, donde nuestra organización fue masacrada. Por tantos motivos, defendemos el sindicato como arma de lucha y resistencia.
Asistimos cada día al espectáculo que los partidos pueden ofrecer a los trabajadores: ansias de poder que conducen a la corrupción, enriquecimiento de las clases dominantes, y empobrecimiento y miseria para la clase obrera. El partido te utiliza y te vende, el sindicato te defiende, porque el sindicato lo formamos cada uno de nosotros y nosotras cuando en las Asambleas y en las Secciones Sindicales de las empresas decidimos qué hacer.
Si hablamos de la precariedad de los empleos, el paro, los recortes en sanidad o educación, desahucios y demás males que nos aquejan, siempre culpamos a los demás. Los trabajadores y trabajadoras estamos desorganizados y seguimos esperando al salvador que no llega.
Seguimos hablando de lucha y resistencia frente a los gobiernos de izquierda, derecha y centro, todos ellos que han venido promulgando leyes como la reforma laboral y prácticas contra los derechos de los trabajadores. La crisis aumentó el número de ricos, pero sobre todo el número de pobres y creemos que esto deja bien clara la situación: lucha y resistencia, y sobre todo dignidad, o miseria y semiesclaviud para la mayoría de trabajadores y trabajadoras.
Con este panorama, ¿qué dejamos a nuestros jóvenes? Un futuro incierto,exilio y pobreza. Mientras los jubilados cobren la pensión, sus descendientes, trabajadores o parados, aguantaremos y siempre que haya un plato de comida en su casa. Lucha, dignidad y resistencia porque ya sabéis, si luchamos podemos ganar o perder pero si no luchamos estamos definitivamente perdidos.
¡Viva la lucha de los trabajadores!
¡Viva el 1º de Mayo!
¡Viva la CNT!