Se nos viene encima otra reforma educativa diseñada para satisfacer los intereses de las grandes empresas. Nos enfrentamos a un nuevo aumento del precio de la educación, siguiendo la trayectoria iniciada hace décadas.
El incremento de los costes reduce el volumen de estudiantes y la duración de su formación, lo que supone una disminución del nivel cultural acompañada de destrucción de empleo en el sector de la enseñanza.
Queremos una enseñanza gratuita, científica y racional. Los intereses políticos, la competitividad de las empresas, los dogmas religiosos y la violencia del ejército no pueden estar presentes en los centros educativos.
Defendemos cada puesto de trabajo. Estamos en contra de cualquier recorte y no toleraremos condiciones laborales cada vez más precarias.
Exigimos la supresión de los contratos para la formación y su conversión en contratos indefinidos. Nos oponemos a las prácticas pagadas o gratuitas. Todo trabajo debe ser remunerado dignamente desde el primer día.
Frente a las políticas dirigidas a beneficiar a las grandes fortunas, apostamos por el reparto del trabajo y la riqueza. Por eso defendemos la jornada laboral de 30 horas semanales sin reducción salarial y proponemos anticipar la edad de jubilación a los 55 años.
Sabemos que las huelgas de un día no solucionan nada. No queremos que nadie decida por nosotras y nos organizamos entre iguales en asamblea.