En la mañana del 10 de julio se celebró, como estaba previsto, el juicio entre Jesús y Telepizza. Como también estaba previsto, la empresa basó todas sus pruebas y argumentaciones en el testimonio de dos empleados, la jefa de tienda de Salamanca IV y el mecánico.
El juicio entre Telepizza y el trabajador despedido en Salamanca IV, Jesús, se celebró en la mañana del 10 de julio. Apoyando al trabajador acudieron al mismo una decena de compañeros y compañeras del Sindicato, así como varios trabajadores y trabajadoras de diferentes centros de Telepizza en Salamanca. Por parte de la empresa acudieron el mecánico, la encargada, la jefa de tienda y el supervisor de zona; este último no sabemos si venía a controlar a sus «súbitos» para que dijeran lo que mandaban por arriba o simplemente para demostrarnos la inutilidad de su trabajo.
El juicio comenzó con la actitud victimista de la abogada de Telepizza; que traía a colación la actividad sindical de CNT-AIT en las últimas semanas como si se tratara de actividades criminales o delictivas y, sobre todo, como si se tratara de un secreto que pretendíamos quedara entre Telepizza y el Sindicato. Lejos de eso, la respuesta de la abogada del Sindicato dejó bien claro que lo que se ha hecho es actividad sindical y que, en caso de que la empresa quisiera denunciar esta actividad, tendría que hacerlo por la vía penal; si bien advertía que en los últimos veinte años no existe ninguna Sentencia que haya condenado a la actividad del Sindicato.
Tras las intervenciones de ambas abogadas, pasó el turno de los testigos. El primero de ellos, Vicente Z., mecánico de la empresa, era la principal prueba que aportaba la empresa. Su testimonio estuvo plagado de incertidumbres, ambigüedades e incluso contradicciones. Recordamos que al trabajador se le acusaba de robar gasolina de una motocicleta. Pero al final, por el testimonio del mecánico, no se sabía si la supuesta garrafa de gasolina estaba en las manos de un supuesto trabajador que huía corriendo o si estaba al lado de la moto 101. También nos planteó dudas el hecho de que el mecánico no fuera capaz, según su testimonio, de reconocer claramente al trabajador pero sí identificara, sin lugar a dudas, que el contenido de la garrafa era gasolina. Tampoco nos quedó muy claro cómo se llegó a saber que la motocicleta de la que supuestamente se había sustraído gasolina era la 101, a pesar de que no había ninguna moto que tuviera el depósito de gasolina abierto; e incluso a pesar de que el propio mecánico negó haber afirmado que fuera de esa moto en concreto. Tampoco explicó el mecánico como a una persona que es «sorprendida» con las manos en la masa le da tiempo de cerrar el depósito y bajar el asiento de la moto.
La siguiente testigo fue la jefa de tienda, Paula C., que no dudó en utilizar su condición de delegada del Comité de Empresa por Comisiones Obreras para dar alguna credibilidad a su desafortunado testimonio. La verdad es que la empresa cometió un fallo al hacer testificar a la jefa de tienda, pues su testimonio lo único que aportó fue contradicciones con la versión del mecánico y sólo sirvió para plantear más dudas. Se plantearon contradicciones en cuanto a la moto, dudas en cuanto a las facturas que la empresa dice «abultadas» de gasolina en los últimos meses… El testimonio, eso sí, ayudó a dejar bien claro que era totalmente normal que el trabajador se encontrara en el aparcamiento, pues al no ser titularidad de Telepizza puede ser utilizado por el resto de mortales del mundo que alquilen o, como en el caso del trabajador, tengan la posibilidad de utilizar una plaza en el garaje porque un amigo se lo presta.
Por último, acudió una testigo en favor del trabajador. Esta testigo sirvió para demostrar nuevas falsedades en la carta de despido así como para demostrar la poca firmeza de algunos de los testimonios de los anteriores testigos. En este punto, tenemos que reconocer el apoyo que de forma personal han mostrado dos miembros del Comité de Empresa, en este caso por la UGT; personándose en el juicio para apoyar al trabajador y ofreciéndose como testigos, si fuera necesario, para desmentir la versión ofrecida por la empresa y el mecánico de que las motos se encuentran en perfecto estado. Lamentablemente, la Juez estimó que no era necesario el testimonio de este trabajador, a pesar de que era un fuerte sustento de la versión que aportaba la parte del trabajador, para contra-argumentar la versión de la empresa respecto al gasto de carburante.
Tras finalizar el juicio, dos representantes del Sindicato se dirigieron a hablar con el responsable de la Federación Provincial de Comercio, Hostelería y Turismo. Estos compañeros le hicieron llegar a este responsable la grave actitud que están tomando los delegados del Comité de Empresa del sindicato CCOO en Telepizza. Durante las últimos meses, la Sección Sindical de CNT-AIT se ha encontrado de frente con ellos y ellas, que, curiosamente, son también los encargados de tienda.
Estos encontronazos se han traducido en la oposición y la paralización de las peticiones de la Sección Sindical de mejora en materia salarial, en seguridad e higiene en el trabajo, en acusaciones y persecución a algunos afiliados a la Sección Sindical, en la obstaculización de la celebración de las Asambleas de Trabajadores, la amenaza continua con el despido… La gota que ha colmado el vaso ha sido la falsa testificación de la jefa de tienda en este juicio que en los últimos días ha afirmado, sin ningún rubor, que «iría a decir lo que le dijeran los que le pagan».
Vergonzosa ha sido la actitud de este responsable que ha intentado continuamente tirar balones a fuera así como intentar banalizar el asunto. Entre sus afirmaciones y recomendaciones nos hemos encontrado con patéticas argumentaciones como «el trabajador lo que tiene que hacerse es buscar un buen abogado», «nosotros no somos una ONG y defendemos sólo al que paga» o «como nadie se presenta para delegado, dejamos que se ponga en la lista el que quiera».
También este individuo que, a pesar de estar ocupando un despacho cuyas dimensiones podrían ser similares a la mitad de todo el local de nuestra Federación Local, afirmaba ser un nadie y que seguía en CCOO prácticamente por inercia y porque ya llevaba 40 años, nos llegó a afirmar que «los sindicatos ya no sirven de nada» porque se ha eliminado la negociación colectiva. A esto los compañeros no dudaron en responderle que los sindicatos que ya no sirven de nada son los sindicatos como el suyo, que se venden a las empresas, que traicionan a sus compañeros de trabajo y que demuestran su ineptitud fuera de los despachos, del mamoneo y de la pose en los periódicos.
En cualquier caso, y tengamos en frente a la empresa o a los sindicatos verticales, también llamados de representación, el Sindicato continuará con este conflicto abierto. En este sentido, mantendremos abiertas las vías sindical y jurídica frente al despido del compañero Jesús mientras no se alcance una solución satisfactoria. Del mismo modo, y como no podría ser de otra forma, continuamos enfrentándonos a la empresa y a gran parte de su Comité para conseguir que el estado de las motocicletas y el abono de los salarios se ajuste a lo legalmente establecido.