El mundo entero está militarizado. Los ejércitos campan a sus anchas por Irak, Afganistán, Libia…pero también por Italia, España o Grecia. Están en todas partes, de la mano de Estados y multinacionales, sembrando el caos y el terror por donde van. A medida que se maquilla y esconde su verdadero papel y se tapan las atrocidades cometidas, las fuerzas bélicas están logrando una gran aceptación entre la población salmantina. En este 12 de Octubre, las personas que aún rechazamos de manera consciente la presencia y existencia de los ejércitos, tenemos que tratar de desenmascarar a éstos gestores del terror y evidenciar su verdadero papel: asesinar para defender los intereses de los Estados.
La última atrocidad pactada por el gobierno de España ha sido la reactivación de la base de Rota, utilizada por los EEUU y la OTAN, para la chaladura de formar un escudo antimisiles, ¿quién nos librará de los misiles que estén en la propia base militar? Como siempre, los políticos y empresarios de turno nos lo venden como algo positivo para la zona, algo que creará muchos empleos y generará ingresos, pero, ¿por cuanto dinero estamos dispuestos a vender nuestra dignidad?¿Cuántos dólares hacen falta para comprar nuestro silencio? Además, si la base se convierte en parte fundamental de un escudo antimisiles, ¿no será demasiado peligroso?¿No será poco el dinero que van a generar por arriesgar de esa manera sus vidas?
En Salamanca llevamos varios meses soportando la presencia del ejército en la calle, camuflado entre celebraciones, actos oficiales e investigaciones. Hace unos meses se promocionaban a través de una carrera cívico-militar por las calles de la ciudad, para enaltecer ese espíritu deportista de los militares; más cercana nos queda esa jura de bandera civil, que tan buen uso hizo de la Plaza Mayor exaltando un sentimiento nacionalista muy aberrante y vomitivo; muy gratificante la noticia de que será la Universidad Pública de Salamanca la que colabore con el ejército para desarrollar tecnología, con el objetivo de controlar la piratería en las costas africanas que los gobiernos y naciones que defienden han contribuido a crear; la guinda la podrán la celebraciones por el “Día de la Patria”, fecha en la que justificarán todas sus atrocidades por el hecho de que hay peligros mayores que acechan a nuestra civilización, como los terroristas o los invasores espaciales. El día anteriormente mencionado salen a la calle como si niños de tres años se tratasen enseñando a la población sus juguetes nuevos, para después de ese desfile ir a comer un tentempié que por supuesto pagamos todos.
¿Por qué nos alarmamos con las carreras cívico-militares? Sencillamente, porque no está bien juntar a la víctima con el verdugo. ¿Por qué no queremos que se use la Plaza Mayor como lugar de celebraciones militares? Porque nos recuerda tiempos muy oscuros, esos de los que nadie quiere acordarse. ¿Por qué rechazamos la colaboración de la Universidad Pública con el ejército? Porque supone financiarse a través del asesinato indiscriminado de personas en todo el mundo, normalizando la actitud de las Fuerzas Armadas como si de un bien para la humanidad se tratase. ¿Por qué no queremos celebrar el día de la Patria, sino que lo rechazamos totalmente? Porque la patria solamente es una excusa para seguir manteniendo los privilegios de unos pocos, contando con la colaboración de la propia clase oprimida; porque no se puede celebrar el asesinato sistemático; porque nadie, excepto las clases adineradas y poderosas, tiene interés ninguno en que existan los ejércitos.
FUERA EJÉRCITOS DE LAS CALLES; FUERA EJÉRCITOS DE NUESTRAS TIERRAS:
FUERA EJÉRCITOS DE NUESTRAS VIDA.
Coordinadora Anarquista del Noroeste