¿Por qué estamos en contra de la «Cumbre Social»?

En las últimas semanas, CCOO y UGT han promovido una desconcertantemente heterogénea plataforma de muy diferentes Organizaciones bajo el nombre de «Cumbre Social». El Sindicato de Oficios Varios de Salamanca (CNT-AIT) ha rechazado la participación en esa plataforma que también se está promoviendo a nivel provincial.

La «Cumbre Social», quintaesencia del plataformismo

«Cumbre Social» es una plataforma, es decir un espacio común de trabajo de diferentes Organizaciones, con una finalidad común, parecida o, circunstancialmente, semejante. En este caso, la finalidad común parece ser la oposición a la política de recortes emprendida por el gobierno del Partido Popular. Sin embargo, como en todos los mensajes de oposición, siempre existe un mensaje de afirmación. Es decir, y como bien decía Camus, cuando se dice que no a algo, a la vez ese no también supone un sí a otra cosa diferente.

En este sentido, nosotros y nosotras tenemos bien claro que este no a los recortes no significa más que un sí al regreso a la situación social, laboral y económica previa a la crisis; más o menos allá por el 2008. Esto para nosotros no se trata sólo de un brindis al sol, sino, y más bien, de una verdadera provocación para aquellos que intentamos, con todos los medios de que disponemos, defendernos de los ataques del capital y del Estado.

En primer lugar, se trata de un brindis al sol porque se hace un llamamiento al Gobierno a que paralice toda una serie de medidas que en realidad plasman el ideario que el Partido Popular, actualmente en Gobierno, ha venido impulsando a lo largo de todas sus legislaturas; ideario que difiere bastante poco, por cierto, del que ha venido imponiendo el Partido Socialista. El aumento, en sus propias palabras, de la flexibilidad del mercado laboral, la persecución de las personas que reciben algún tipo de prestación por desempleo, la progresiva supresión de los servicios públicos… No se trata de una serie de medidas coyunturales, como se nos intenta hacer creer de forma continuada. Se trata de toda unas series tendentes a modelar todas las relaciones que se producen en el tejido laboral y productivo para lograr una economía mucho más competitiva.

En segundo lugar, creemos que se trata de una verdadera provocación porque desde ciertas Organizaciones nos parece un ejercicio de absoluta amnesia colectiva el evocar al período anterior a la crisis como un período casi idílico. Parece que antes de la crisis no existía el paro, ni los despidos, ni el acoso, ni los accidentes en los centros de trabajo. Tampoco parecía existir, al menos para algunos «representantes», problemas en el acceso a la educación y a la sanidad estatales, las pensiones dotaban de un gran poder adquisitivo a las personas jubiladas, así como los salarios a los trabajadores.

El objetivo de la «Cumbre Social»: la perpetua representatividad

El principal fin que, al parecer, persigue esta «Cumbre Social» es la celebración de un referéndum para que la ciudadanía se pronuncie sobre las medidas aprobadas. Una vez más, desde sectores teóricamente alejados de la política, (los firmantes del manifiesto se autointitulan como «representantes de la sociedad civil») aunque con funcionamientos muy parecidos a ella, se vuelve a hacer un uso sesgado, partidista y sensacionalista de los referendums, como tantas y tantas veces hemos visto hacer a los políticos y como, en nuestra opinión, funciona de forma natural un referéndum; y como ejemplos no muy lejanos tenemos el caso de la OTAN o de la Constitución Europea.

Es decir, esta plataforma, en un claro alarde de populismo, pide posicionamiento sobre los recortes. Así funcionan los referéndums. Los de arriba nos dicen a los de abajo que digamos sí o no, sobre los asuntos que ellos previamente han seleccionado, y en consecuencia ellos y ellas tomarán las decisiones que crean oportunas. La voz del pueblo es en la emisora de la democracia la que menos se escucha. ¿Dónde queda nuestra opinión una vez que el referéndum haya dicho sí o no? Canalizada a través de nuestros representantes civiles y políticos. Para los cuales, en ese juego del referéndum y la democracia no somos más que un baile de cifras puesto al servicio de sus propios intereses.

Pero creemos que hay que hacer un especial hincapié en el sentido de este referéndum y de esta petición. Es decir, las Organizaciones que firman este manifiesto parece que no se oponen a las medidas de recortes, si no al camino que han llevado a estas. Estas Organizaciones, verdaderas valedoras de la democracia (no hay más que ver su funcionamiento interno), piden un ejercicio de democracia para desarrollar estas medidas. Hablamos claro para no dejar duda de lo que decimos, estas Organizaciones estarían a favor de que se restrinja el acceso a la prestación por desempleo y se otorguen más fondos a la Banca si así lo dice un referéndum. Esta es la lógica y quintaesencia de la democracia. Todos somos iguales a no ser que un referéndum diga lo contrario.

El medio que propone esta plataforma para conseguir la celebración del referéndum es «intensificar la movilización social y democrática para hacerla más contundente y masiva». Esto es, promover la participación ciudadana a través de los cauces democráticos; continuar utilizando la calle como mero instrumento de marketing electoral político-sindical. Del mismo modo, se hace la totalmente desconcertante propuesta de realizar una «huelga general ciudadana», una huelga que según esta plataforma se extendería más allá de los centros de trabajo. No sabemos muy bien a qué se refiere esto.

Pero todos estos medios no se entienden como medios reales. Es decir, y como nos tienen acostumbrados en las últimas décadas los sindicatos de representación, las huelgas y las manifestaciones no son medios que conducen realmente al fin de paralizar una serie de medidas. Estos medios de lucha se convierten en medios de propaganda. Estos sindicatos no buscan una confrontación real, sólo pretenden simularla para seguir teniendo su parte del pastel. La idea es realizar un referéndum, bien sea por parte del Gobierno o, en su defecto, por parte de la plataforma, y qué mejor forma que darle publicidad a través de manifestaciones y huelgas.

La verdadera cara de la «Cumbre Social»

Pero creemos que hay mucho más escondido detrás de esa fachada que pretenden construir. Algunos detalles de la «Cumbre Social» nos pueden dar a entender muchas más cosas. Si entramos a analizar con detalle la lista de firmantes y el pasado reciente de muchos de ellos, podremos entender mucho mejor la naturaleza de esta plataforma.

La «Cumbre Social» parece estar formada por un numeroso conglomerado de Organizaciones de muy diferente índole, desde Organizaciones sindicales a Fundaciones de partidos políticos pasando por Organizaciones empresariales. No se trata sólo, de este modo, de una plataforma en la que se alberguen una serie de Organizaciones con las que no coincidimos en estrategias, en principios ni en finalidades. Se trata simple y llanamente de una plataforma en la que nuestro Sindicato encuentra a los que se han conformado como nuestros enemigos naturales.

Nos llama la atención que diferentes Organizaciones de la Guardia Civil (AUGC, UGC), de la Policía (SUP, UFP) o de la propia patronal (COPYME) aparezcan entre los firmantes de este manifiesto. Organizaciones cuyos representados, en el caso de la Policía y de la Guardia Civil, se han caracterizado por ser perseguidores de la actividad sindical de nuestro Sindicato. No en vano, numerosos militantes de nuestro Sindicato, así como el propio Sindicato, son víctimas, económicamente hablando, de diversas sanciones que han sido firmadas, materializadas e intencionalmente interpuestas por el desarrollo de una actividad que ha tenido siempre como fin integral la autodefensa de los y las trabajadoras y la mejora de nuestras condiciones sociales y laborales.

No podemos menos que hacer una especial mención a la cantidad de Organizaciones cercanas al Partido Socialista que firman el manifiesto, como Jueces para la Democracia, Economistas frente a la crisis, Federación de Mujeres Progresistas o Plataforma Social en defensa del Estado de Bienestar social en los Servicios Públicos. La presencia de estas Organizaciones nos hace temer que esta plataforma, la «Cumbre Social» se trate de una herramienta política para hacer oposición «social» o «civil» al Gobierno.

Del mismo modo, la presencia de las dos Organizaciones sindicales de representación mayoritarias, CCOO y UGT, también nos tiene que hacer pensar. Su reciente pasado nos ha dado a entender de que no están en contra de los recortes que provoca la crisis. Ellos han firmado, entre otros acuerdos, el retraso de la edad de jubilación, la flexibilización interna de las empresas, la congelación de los salarios para este año 2012…

Nosotros y nosotras pensamos que, más que los recortes, lo que les preocupa es la modificación estructural que ha realizado el Gobierno con la última reforma. No tanto por las condiciones laborales que le quedan a los trabajadores, pues vienen a diferir poco del modelo que ellos mismos, en colaboración con los otros agentes sociales han venido gestando; sino más bien por la creación de un nuevo marco de relaciones laborales en el que el modelo sindical de representación podría sufrir una transformación radical.

Las empresas parecen haber marcado el fin del sindicalismo de gestión de empresa que tan bien ha estado representado por CCOO y UGT. El papel desmovilizador que han jugado los sindicatos en las últimas décadas ha estado tan bien cubierto que ya no necesita seguir estándolo. La destrucción de este modelo de relaciones de representación parece no haber sido del agrado de estas dos Organizaciones que, continuamente, han hecho llamamientos al diálogo y a la negociación. No se trata pues de paralizar los recortes, sino de formar parte de esa burocracia que los materializa.

Esta «Cumbre Social» pudiera ser, incluso, un intento de los sindicatos de representación de perpetuar la estructura tripartita de negociación, fuera ahora sí, de los cauces oficiales. No en vano, dentro de esta «Cumbre Social» se encuentran «representados» los trabajadores, a través de CCOO y UGT entre otros, los empresarios, a través de la COPYME o la UATAE, y el propio Estado, a través de sus cuerpos y fuerzas de seguridad (SUP, AUGC…), sus jueces (STAJ) y sus fiscales (UPF).

¿Qué proponemos ante la «Cumbre Social»?

A nivel provincial, las Organizaciones CCOO y UGT, en representación de la «Cumbre Social» de Salamanca, se han dirigido a nuestro Sindicato para brindarle la posibilidad de forma parte de esa cumbre. Nosotros y nosotras, ante ese llamamiento vacuo, mediático y sensacionalista a la creación de una plataforma, otra más, en Salamanca, hacemos un llamamiento sincero a la coherencia, a la constancia y a la oposición real a los recortes en el tajo.

No podremos ir nunca de la mano de aquellos que han sido y quieren seguir siendo agentes de la desmovilización y de la desregularización de los derechos laborales. Estas dos Organizaciones bien saben que estaremos en la calle en cuantas movilizaciones sean necesarias, que nuestro Sindicato siempre ha trabajado, con lo limitado de sus fuerzas, para oponerse a todos los recortes contra los trabajadores, que siempre se ha intentado rehuir y desenmascarar a aquellos que han pretendido sacar rédito propio de las movilizaciones de los trabajadores y trabajadoras. Y lo que también saben, aunque les cueste reconocerlo, es que en muchas ocasiones nos han tenido en frente, porque su modelo de sindicalismo es bastante proclive a confundirse de bando.