Actualmente Ciudad Juárez atraviesa por una situación de violencia extrema, generada por la actividad del narcotráfico y la complicidad del gobierno con el mismo. Con 9.000 muertes por causas violentas desde el 2008, la población vive cotidianamente la represión por parte de las fuerzas militares, en un estado completo de vulnerabilidad e inseguridad. Secuestros, desapariciones forzadas, violaciones reiteradas a los derechos humanos, homicidios-feminicidios y más abusos, son cometidos tanto por miembros de alguna mafia o bien, por uniformados de la policía local, nacional o del ejército.
Son muy poc@s aquéll@s que se atreven a denunciarlo, por miedo o porque han recibido amenazas. Muchos activistas defensores ya han perecido en medio de hostigamiento y persecución por parte de las autoridades, entre ell@s Marisela Escobedo y varios integrantes de la familia Reyes Salazar, quienes habían emprendido una fuerte protesta antimilitarista. Algunos otr@s han escapado de la persecución, pero han resultado seriamente heridos, como el estudiante universitario Darío Álvarez Orrantia, a quien la policía le disparó cuando se manifestaba pacíficamente, fuera del edificio universitario.
El pasado 1 de noviembre, la policía detuvo a un grupo de 32 personas por manifestarse en la vía pública. La actividad que tenían prevista era la de pegar 9000 cruces de papel, por cada un@ de l@s asesinad@s en la ciudad, misma actividad que fue brutalmente interrupida por las fuerzas del orden público. Fueron torturad@s, acusad@s de delincuentes bajo pruebas inexistentes, privad@s del derecho de comunicación con sus familiares y amenazados de muerte por los propios miembros del cuerpo policial. L@s mencionad@s manifestantes son el único núcleo activo de personas que queda en la ciudad para exigir justicia.
Por ello, para este domigo, día 18 de diciembre, a las 19:00 en la Plaza Mayor convocamos un acto de información y denuncia pública, porque sabemos que se desconoce mucho de lo que ahí ocurre (aún) y que el desconocimiento genera impunidad. Pero también lo hacemos porque no se ha perdido la esperanza, porque en Ciudad Juárez todavía queda un grupo de defensores de los derechos humanos, con fuerzas y valor para manifestarse y salir a la calle, porque han retomado la actividad y han vuelto a salir a protestar.
Apoyamos su lucha porque la consideramos legítima, porque creemos que deben ser protegidos en su integridad y seguridad de las amenazas recibidas. Hacemos un llamado a la población para que ofrezca su solidaridad con las personas que están sufriendo el acoso del narcotráfico y del Estado que es su cómplice.
¡POR LA DESMILITARIZACIÓN: JUÁREZ NO ES UN CUARTEL, FUERA MILITARES DE ÉL!
¡LA SOLIDARIDAD ES NUESTRA MEJOR ARMA!